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jueves, 24 de noviembre de 2011

Schiavi adelantó que el SUBE detectará a usuarios con menos recursos y les cobrará menos

El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, confirmó que el Gobierno empezará durante 2012 a redirigir los subsidios al transporte desde las empresas hacia los pasajeros. Aunque en primera instancia estudian realizar una serie de pruebas mediante recargas de dinero en las tarjetas de quienes sigan recibiendo las subvenciones, el funcionario explicó que el objetivo es que el sistema discrimine automáticamente entre los usuarios y les cobre una tarifa menor a los de más bajos recursos. El Gobierno, según precisó, acreditará luego la diferencia a cada línea de colectivo o a las concesionarias de trenes y subtes. “La tarjeta es inteligente, tiene un chip que permite que a un usuario subsidiado se le descuente $1,10 de su saldo y luego a la empresa que lo transporta se le acredite el valor (superior) que tenga el pasaje”, dijo Schiavi a este diario durante el almuerzo que compartió la presidenta Cristina Kirchner anteayer con los directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA) en el Hilton. Para poner en marcha el plan antes de los primeros aumentos del boleto, los técnicos de la Secretaría de Transporte aceleraron la entrega de plásticos a los usuarios. Además de las bocas de expendio que abrieron en las principales terminales de trenes (Retiro y Constitución), la semana pasada se sumaron las cien sucursales de la Ciudad y el Gran Buenos Aires de Correo Argentino, donde entregan tarjetas y recargan saldo. Según los datos con que cuenta Nación Servicios, la subsidiaria del Banco Nación que administra el sistema informático del SUBE, los plásticos en circulación ya son más de tres millones. Para que la cobertura del área metropolitana sea total, estiman que la cifra debería duplicarse. A eso se suman cerca de un millón de usuarios de Monedero (del Grupo Roggio), que también funciona en colectivos y trenes. “El lunes pasado, de todos los viajes que se hicieron en todos los medios de transporte de Capital y el GBA, un 40% se pagó con SUBE”, informó Schiavi. Eso equivale a unas 6,5 millones de operaciones procesadas. Al margen de que aún no se definió el criterio según el cual se mantendrán o no los subsidios para cada usuario, los obstáculos que advierten los empresarios del rubro para que funcione correctamente la subvención a la demanda son la falsificación de identidad y el préstamo de las tarjetas. Para Schiavi, sin embargo, los plásticos “tienen una intransferibilidad relativamente alta, porque para que les sirvan a los usuarios deben llevarlos siempre consigo”. Además, añadió que “si el sistema detecta que se las prestan ilícitamente, está en condiciones de suspenderlas por un tiempo”. El uso de las SUBE no es homogéneo en los distintos medios de transporte. En el subte, por ejemplo, más del 60% de los pasajes ya se paga con la tarjeta y el restante 40% con los cartones que expende la propia Metrovías. En los colectivos del área metropolitana, uno de cada tres viajes se abona con plástico. En los trenes, donde recién se instalaron las máquinas este mes, sólo un 10% de los trayectos se paga con el SUBE. Aunque algunas líneas de colectivos del conurbano aún no instalaron las lectoras en todos sus móviles, la mayoría lo hará entre esta semana y la próxima para no perder los subsidios en virtud de una resolución de Transporte que las obliga a hacerlo antes del 1º de diciembre. En el ferrocarril la tarea también se encuentra en pleno avance. El vocero de TBA, Gustavo Gago, informó a BAE que las lectoras que expenden boletos con SUBE “ya están instaladas en todos los ramales del Mitre y en todo el Sarmiento eléctrico”. En el Sarmiento diésel “estarán entre la semana que viene y la próxima”, agregó. Pero incluso si se terminan de instalar las lectoras en las próximas semanas, el siguiente escollo será la escasez de centros habilitados para la recarga. Los trabajadores del subte ya protestaron meses atrás por la tarea extra que les exige cargarle saldo a los usuarios de Monedero y de SUBE, lo cual les valió una reprimenda de la propia Presidenta. En el caso de los ferroviarios, según admitió el vocero de otra concesionaria, “cuando se les pida que se hagan cargo de esa tarea seguramente pidan algo a cambio”. Por ahora, el inicio de las recargas en las boleterías del tren no tiene fecha prevista. Los usuarios, en tanto, enfrentan filas cada vez más largas para recargar, debido a que los centros habilitados son apenas mil en todo el territorio porteño y el conurbano. En el Gobierno prometen más. Los subsidios al transporte tienen un peso alto sobre el presupuesto y benefician sólo a los pasajeros del área metropolitana. Por cada $10 en subsidios distribuidos en la primera mitad de este año, $6 fueron para contener las tarifas de gas y luz, $3 para el transporte y $1 para el resto de los destinos, según la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP). Sólo para que no suban los boletos de trenes, colectivos y subtes en la región metropolitana, según la ASAP, el Estado puso entre enero y septiembre de este año la friolera de 14.466 millones de pesos. Es un 60% más que en el mismo lapso de 2010. El aumento interanual contrasta con el magro 15% de incremento que el Presupuesto 2012 asigna al rubro Subsidios para el Transporte.



Fuente : Diario BAE

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